6 de la mañana y estamos en pié, recogemos las cosas y subimos al minivan que nos recoge puntualmente a las 6.30 a.m, va cargado de gente, el olor humano, la humedad de las mochilas y zapatillas de todos, hacen que entrar dentro se convierta en un desagradable momento. Nos esperan 4.30 horas donde las curvas van a ser permanetes y los baches no van a desaparecer.
Finalmente llegamos a Vang vieng, caminamos hasta nuestro guest house y nos instalamos para salir rapidamente a inspeccionar la zona. Preguntamos a cerca de las actividades que se pueden hacer aquí, como las cuevas y el famoso tubbing.
Helena y yo nos decantamos por bajar 4 km con un flotador gigante por el río, en eso consiste el tubbing. Es bastante relajante y en una hora se termina, así que no se hace del todo pesado.
Saskia aprovecha para hacer un reconocimiento al pueblo, ver algunos templos y comer algo.
Cuando terminamos la actividad, me doy cuenta que el movil se me ha mojado y no funciona (y eso que estaba en una bolsa medio estanca y dentro de una bolsa). Vaya desastre. Intento secarlo como puedo y compro arroz para que absorba al maximo. Estoy bastante preocupada, asi que decido llevarlo a la única tienda de móviles que hay en la zona. Mañana sabré si me lo han podido arreglar….
Seguidamente vamos a un Hotel donde todos los días hacen clases de oiga, así que hacemos la clase durante 90 min y nos relajamos en la piscina del mismo hotel.
De vuelta a nuestro guest house, nos duchamos y salimos a cenar pizza y patatasa. Para mañana queremos alquilar un part de motos para ir a ver unas cuevas y un lago….