Día 8. Alacati

Hoy, aunque a las 6.30h ya estábamos despiertos, hemos seguido haciendo el vago hasta las 9.00h, hora del desayuno.

El pueblo de Alacati no tiene mucho que ver, aparte de pintorescas casas bañadas en colores pastel, una calle repleta de restaurantes con sus mesas y sillas a conjunto de colores vivos y tiendas de recuerdos, pulseras y bisutería barata.
También tiene 4 Molinos de viento, a lo alto, donde realmente no se pueden apreciar unas maravillosas vistas.

Puesto que ya lo habíamos visto todo, vamos en busca de nuestro equipaje y lo llevamos al coche para así acercarnos a la playa.

El viento soplaba muy fuerte, eran las 11.30h cuando llegábamos y apenas quedaban huecos a primera línea de mar. Hemos alquilado una sombrilla por 4 euros y nos hemos instalado en nuestro cuadrado (está todo delimitado, muy bien organizado). El sol estaba presente, ninguna nube entorpecía el paso del sol. Pero el viento… Menudo viento… Hemos colocado tan bien como hemos podido la sombrilla. Óscar y yo bajo la sombra y Cristina bajo el sol.

El agua era de color azul cielo, de esas que caminas y casi ni te cubre. La temperatura del agua era agradable, no te sorprendía al entrar y eso me encanta. A causa del fuerte viento se creaban mini olas, pero no acaban de ser del todo molestas.

Cuando ya nos hemos cansado de agua, sombra y/o sol, nos acercamos a un restaurante para comer algo y luego degustar un sabroso postre en otro lugar (pues en el sitio que habíamos comido no había wifi…)

Pequeña compra en el súper con unos sandwiches y fruta para la cena de hoy, ya que nos toca coger vuelo hacia Kayseri y no llegaremos hasta casi la 1 de la madrugada.

Luego, cogemos el coche. Tenemos 1 hora hasta el aeropuerto. Llenamos el depósito y nos dirigimos a la zona de devoluciones de coches alquilados en el mismo aeropuerto. Comprueban que todo está bien y procedemos a facturar maletas.

Esperamos dos horas con un WiFi realmente malo (todo el tiempo se desconectaba…) el vuelo ha sido de 1 hora, pero debíamos hacer escala pues no había vuelos para mañana por la mañana (que era cuando lo queríamos coger), así que nos toca hacer escala de 90 minutos en Estambul (sin WiFi) con retraso de 15 min y subimos al avión, última parada hasta llegar a uno de nuestros últimos destinos del viaje, la capadocia.

Al llegar, recuperamos nuestras maletas, pedimos un taxi hasta el hotel y nos duchamos. Son más de las 2 la madrugada. Ya es hora de descansar.

Un comentario

  1. Cuando llegas a un sitio asi, tiene un nombre «la charca salada». La que no cubre del tobillo que ni vale para ahogarte.
    No lo llames playa 🤣 seria un insulto para las de verdad.
    Echaos crema chikis 😉

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