La odisea del bus fue algo esperada solo con poner un pie en el. El frío se apoderó de nosotras… No entendemos como pueden tener el aire acondicionado tan fuerte. Y eso que íbamos con ropa de manga larga (pantalón y camiseta…).

A las 4:30h de la mañana llegábamos a la estación TBS de Kuala Lumpur. Esta es una estación muy grande que queda más alejada del centro pero con todas las comodidades como las otras. Así que, tras bajar, con los ojos medio cerrados y el frío en las venas, nos disponemos a situarnos, ir al baño y desayunar algo de todas las cosas que habíamos comprado la tarde anterior y que, evidentemente, no habíamos comido en el bus.

Sobre las 5:15h nos despedimos de Vero que… Ah! No lo habíamos contado aún…ha decidido cambiar esta última semana sus planes y se viene con nosotras al sus de Vietnam y el 6 regresará hacia Malasia pues ha quedado allí con el novio. Otra loca más del grupo.

Bueno, la cosa es que no le salía demasiado económico nuestro vuelo y sale dos horas antes que nosotras, así se se ha ido en tren directa desde la estación hacia el aeropuerto.
Nosotras hemos esperado a que abriera el metro (pasadas las 5:30 de la mañana). Hemos tenido algún que otro problemilla con la máquina de los billetes, ya que hemos puesto el dinero pero no nos ha sacado billetes ni el dinero. Así que tras quejarnos y explicar la situación, hemos tenido que resignarnos y volver a comprar tres tickets…

Una vez en la estación de Kuala Lumpur Central, ya orientadas y situadas, hemos cogido otro metro hasta el central marquet y la zona del Chinatown. Era muy pronto y todo o casi todo estaba cerrado. Queríamos comprar algún recuerdo como imanes, ya que estos días no hemos encontrado ninguno específico de Malasia (solo de los pueblos por los que hemos estado). Pero no hemos tenido suerte. Hemos acabado tomando algo para hacer tiempo y finalmente hemos regresada a la estación central donde hemos cogido el bus directo al aeropuerto.

En el aeropuerto, tras caminar un buen rato y ver las pantallas, nos damos cuenta que nuestro vuelo no sale ahí. Preguntamos en información y resulta que hay otra terminal en la misma zona pero que debemos coger un transporte que nos lleve hasta ahí. Hay el tren o el bus ambdós de una duración de 10 minutos, y uno de ellos es gratuito. Está claro cuál hemos cogido, verdad? Jejeje…

Una vez facturadas las maletas y pasado los controles, hemos ido a comer algo, gastando así los últimos billetes que nos quedaban de Malasia.

El avión ha salido unos 30 minutos tarde y hemos sufrido unas cuantas turbulencias pero hemos llegado sanas y salvas a nuestra nueva aventura, esta vez por Vietnam. Hemos estado unos 90 minutos para pasar el control de pasaporte. Una exageración de gente, con un montón de filas que avanzaban a ritmo cubano.

Tras pasar el control, recuperamos nuestras maletas (ya fuera de la cinta), cambiamos algo de dinero y cogemos un autobús de línea por 21 céntimos de euro que nos lleva al centro (también 21 céntimos por la mochila).

Una vez en el centro, caminamos hasta el hotel donde nos espera Vero. Dejamos las cosas y salimos para contratar la excursión de mañana hacia los túneles Cu Chi y un gran templo.

Luego hemos ido a comer a una zona alejada del turismo y hemos cenado un plato variado con tozu, carne, pepino y nudels de arroz.

Finalmente hemos dejado a Vero en el hotel y hemos cogido un taxi para ir a buscar a nuestro querido Oskar. Tras una hora después de su llegada y tras varios sustos por si conseguía o no la maleta, ha salido por la puerta sonriente! Ya estamos 4. Bueno, durante unos días seremos 4+1, que Vero nos acompaña en nuestra aventura Vietnamita por el sur.

Hemos cogido otro taxi para volver, hemos comprado algo para el desayuno y al hotel. Presentaciones, anécdotas y a descansar. Mañana nos introduciremos bien en esta aventura.