Nos levantamos a las 8.00, dejamos las mochilas preparadas y bajamos a desayunar al restaurante de enfrente.

Pagamos el hotel, el bus de esta noche y las dos motos que acabamos de alquilar. Bajamos a la recepción, dejamos las mochilas y nos vamos de ruta en busca de las tumbas de los Emperadores de Hue. Hay varias repartidas por los alrededores de la ciudad pero nosotros hemos pagado entrada para las más importantes y bonitas ( o eso dicen).

El calor aprieta fuerte, hay zonas despejadas de nubes y el sol pica con fuerza. La extremada humedad hace que sudemos en pocos segundos y al mínimo esfuerzo estamos empapados. Suerte que, tras cada parada, volvemos a las motos y el viento nos abanica de vez en cuando.

Los recintos donde se encuentran dichas tumbas son muy grandes. Todos cuentan con una escaleras para poder llegar a lo alto y tienen una serie de soldados de piedra guardando el lugar. Hay pequeños museos con cerámicas y metales de hace 200 años. En general todo está bien conservado y cuidado. A su alrededor hay jardines o zonas con agua. Dragones, elefantes y tigres de piedra hacen la decoración y casas o pequeños templos acompañan el lugar donde, años atrás, familiares acaban de construir las tumbas .

Aunque hemos tenido buen día, a eso de las 13:00 ha caído un fuerte chaparron pero estábamos a cobijo, escuchando y observando la lluvia, descansando y relajándonos durante casi 1 hora.

Después de comer hemos ido a ver la pagoda dedicada a la mujer, que está al otro lado del río perfume, en la zona de la ciudadela y a las 16:30 estábamos en el hotel para ir en dirección al autobús nocturno que nos llevaría hasta Ninh Binh.

Hemos salido a las 18:00h haciendo pequeñas paradas para recoger a varias personas a lo largo del trayecto. A las 19:30h hemos parado a cenar y aquí estamos, tumbados en el bus. Aún nos quedan varias horas para llegar. En principio a las 5 o 6 de la mañana llegamos. Veremos si es verdad.