Empezamos el día con energía y tras un buen bocadillo iniciamos la marcha.
La salida de Málaga se hace tranquila por un carril bici y carreteras secundarias paralelas al mar. El viento no sopla fuerte aunque lo tenemos de lado pero no molesta demasiado.

Vemos amanecer, el sol asoma a lo lejos del mar y, en ocasiones no nos deja ver muy bien por donde vamos (nos ciega).
A nuestra llegada a Nejar, hacemos parada en el super y compramos fruta y frutos secos y seguimos, ésta vez, con subidas y bajadas constantes por la antigua n340, donde apenas pasa un coche. Es fantástica la sensación de libertad con el pedaleo, sin tráfico y a las orillas del mar, con acantilados y pequeñas montañas que nos rodean.

En Salobreña volvemos a parar y compramos un refresco y algo para picar. Nos sorprende la gran cantidad de «guiris» que hay por la zona… ¿será que todo el sur es de ellos? Llevamos un poco más de la mitad del recorrido pero ahora el sol empieza a apretar y todavía nos queda desnivel por hacer.

A la altura de Calahonda, en una de esas subidas, Teles se queja un poco de la rodilla. Veremos si se le pasa con un Ibuprofeno… Y seguimos pedaleando hasta la Rábita, donde descansamos para hidratarnos y empezar la última etapa antes de llegar a Balerma.

Los últimos km se hacen bien. Son llanos y pedaleamos por invernaderos y carreteras sin mucho trafico, así como algún que otro carril bici.

Una vez en Balerma, vamos a casa de un amigo, quien nos acoge e iniciamos nuestras rutinas: ducha y paseo hasta el supermercado para pelearnos por quien escoge el paquete de galletas , jejeje…

La cena de hoy, súper completa: macarrones a la napolitana con huevo duro, hummus,palitos y de postre piña. ¿Qué más se puede pedir?