Salimos de Cambrils a las 8.15 de la mañana, pedalendo por el carril bici del paseo marítimo hasta llegar a Salou donde, de golpe, noto como se me desincha la rueda. He pinchado (pienso) pero al desmontarla y comprobar si hay algo puntiagudo que pueda volver a causar otro pinchazo, Aida se da cuenta de que la cubierta está rajada. Qué mala suerte! La última etapa y en un dia festivo… no puedo comprar ninguna cubierta y tenemos 110 km hasta Barcelona. Decidimos hacer un apaño rápido. Cojo la navaja, recorto un trozo de la cámara pinchada y la ponemos a modo de base para que no salga por el lado la cámara nueva. A ver cuánto aguanta!.

Al principio, pedaleamos despacio, con cuidado para ver como reacciona. Avanzan los kilometros hasta Tarragona, donde hacemos una parada para poner un poco más de aire a la cámara y seguir, ahora ya, sin miramiento. Avanzamos rápido por carreteras que, inicialmente, no llevan demasiado tráfico. En algunas, al entrar y salir de los pueblos, encontramos algo más de movimiento, pero para ser lunes de pascua, la verdad es que la cosa está bastante bien.

Pasadas las 12.30 del medio dia nos plantamos en Sitges. Toca hacer la carretera de curvas antes de llegar al Garraf, así que nos adentramos y pedaleamos tan rápido como podemos. La verdad es que llevamos un buen ritmo y se nos hace bastante llevadera. Hay tráfico (pero como siempre) y eso no nos impide el pedalear con gusto. En uno de los últimos miradores, paramos para hacernos la foto de rigor y seguir hasta casa.

Tenemos la «suerte» de ponerlos a rueda de un señor que avanza a la velocidad de la luz y nos corta el viento. En ocasiones vamos a 40km/h y nos lleva por toda la autovia a esta velocidad (hasta que decidimos apartarnos para poder respirar).

Són las 14.30h cuando llegamos, por fin, a casa. Nuestra aventura acaba aquí, tras 10 días de pedaleo por toda las costa Mediterranea. Ahora, como siempre que se acaba una gran aventura, toca continuar pensando acerca de la próxima. Seguro que tampoco defrauda!