Necesitábamos buscar un fin de semana libre para irnos, salir a descubrir y sentir la necesidad de ver el mundo que nos rodea y nos hace sentir bien y libres. El puente de la Merce, donde todo el mundo está de fiesta en Barcelona , creímos que era el adecuado para buscar esa paz interior que tanto anhelábamos y la fuimos a buscar a la cima del Bessiberi Sud , cerca de Vielha.

Para realizar esta cima , cogemos el coche dirección Vielha y lo dejamos aparcado antes del túnel de Vielha , allí hay un parking von una zona picnic muy acogedora. es aquí donde empezaremos nuestra ruta. Preparamos mochilas , nos ponemos el calzado adecuado y seguimos la pista forestal que nos llevará durante 3 horas aproximadamente hasta el lago de Bessiberri . Desde allí podemos ver el Refugio Vivac de Besiberri, y el camino que seguiremos al día siguiente para coronar la cima. Decidimos no continuar subiendo  y acampar en esa explanada , pues da gusto poder dormir de vez en cuando en un lugar tant idílico como éste.

Entre foto y foto , preparamos la cena en nuestro hornillo , una sopa bien caliente y unas cuantas salchichas!. El sol se esconde y nosotros empezamos a entrar en el saco para descansar , al día siguiente sería un gran día !.

Nos levantamos temprano, el despertador marca las 06:30 . y, en los 30 minutos siguientes nos vestíamos , desayunábamos y desmontábamos la tienda. A lo lejos , ya de camino , vemos el refugio libre del Besiberri , y una vez girábamos a la derecha , siguiendo los hitos, vemos el cuello del besiberri sur. El camino de subida no era difícil , los hitos marcaban muy fácilmente el camino , pero es un camino pesado y cansando , parece que no se acabe nunca, las piedras son muy grandes y es un cansancio constante; incluso  hay trozos donde es necesario cogerse de las piedras para no resbalar con la arena de las mismas.

Cansados ​​y con un viento que soplaba fuerte , llegamos al cuello a las 11 de la mañana, hicimos un bocado y en 20 minutos estábamos arriba del todo , haciéndonos las fotos conmemorativas de aquel instante de gloria y , con el frío en la espalda y el viento de cara, volvíamos a bajar, ahora, sin embargo, con una sonrisa gratificante.

La bajada fue mucho más fácil y no nos costó tanto . En 1 hora y media llegamos a la explanada donde habíamos dormido y en 1 hora ya llegábamos a la zona del párking donde habíamos dejado el coche. Ahora sólo nos quedaba conducir hasta Barcelona , para volver a casa …