Después de una agetreada noche con algún que otro problema intestinal, nos levantamos, vestimos, desayunamos y recogemos las habitación. Son apenas las 10.00 de la mañana cuando dejamos las mochilas en recepción y nos vamos a explorar.
Ayer nos comentaron que había un lugar donde se podian apreciar unas fabulosas vistas y un lago escondido, asi que vamos en su busqueda.
Vemos las indicaciones hacia el lugar, pero el camino no es nada facil. Debemos subir un muro , donde la tierra, el barro, las cuerdas y raices de los arboles nos haran de ayudas para poder subirlo.
Tardamos unos 20 minutos hasta llegar al mirador, y otros 20 minutos hasta el lago. El camino no es facil y es aconsejable ir con calzado cerrado (no con chanclas, pues acabamos haciendolo descalzas).
Hay que estar en un buen estado físico, no tener demasiado miedo a las alturas y ser un poco avispado para saber donde poner pies y manos. Si estos requisitos los cumples, no tendras problema en hacer el recorrido. Entre el mirador, el camino hasta el lago y la vuelta, fueron unos 90 minutos aproximadamente.
Después, seguimos el camino hasta la playa, donde encontramos un santuario de penes de madera (la gente los pone en ofrenda para tener una mejor fertilidad).
Y acabamos dandonos un baño en una de las playas más bonitas de Railay.
Por desgracia, no podíamos estar mucho más tiempo, así que regresamos al Hotel para ducharnos, comer algo de arroz blanco y pollo y coger el bote hasta la otra orilla donde nos esperaba nuestro largo viaje hasta Bankgok.
Al salir del bote, nos esperamos a que un minivan nos viniera a buscar. Este, nos llevo hasta otro minivan, donde estuvimos alrededor de 90 minutos, y luego esperamos a que llegara el autobus nocturno.
Nos esperbamos literas, como en camboya, pero eran asientos reclinables, no demasiado comodos. Dudo que alguien del bus duermiera por la noche…
Asi que ya podeís imaginar como iba a ser nuestro primer día en Bangkok después de una noche sin dormir…