Empezamos la mañana con un desayuno buffet del que salimos rodando. Montamos alforjas y empezamos.
La salida no estaba muy clara, así que pedaleamos por una cuesta que resulta ser en contra dirección. Así que media vuelta hasta encontrar el camino. Hemos hecho unos 5 km de regalo.
Seguimos las flechas por unos caminos rodeados de viñeros y sin perder el color amarillo avanzamos a pesar del fuerte viento y el barro que obstaculiza nuestro buen pedalear.
Vamos encontrando peregrinos. No pensábamos encontrar tantos. Muchos son ingleses o asiáticos. En un momento dado, encontramos una chaqueta en el suelo, la recogemos y escasos minutos más tarde, encontramos al dueño. Un joven de Lituania, quien ha hecho el camino en varias ocasiones, nos cuenta que hace etapas de 50-55 km! Rapidamente volvemos al pedaleo, si este hombre hace tantos km como dice, nos atrapa por la noche!
El sol sale de vez en cuando y el viento mueve a toda velocidad unas nuves oscuras que echan agua por minutos. Lo más molesto, el viento. Vamos a una media de 12 km por hora, ir por camino tampoco ayuda pero estamos haciendo mucha fuerza con las piernas para ir a esta velocidad. Esto nos demoraliza un poco.
En un momento de lluvia, paramos a por el chubasquero, el viento tumba mi bicicleta. Seguimos avanzando hasta que, 1 km más tarde, me doy cuenta que el cuentakilometros no está, debe haber caido con la bici. Retrocedemos con la esperanza de encontrarlo, y mucha suerte la nuestra al verlo junto a unos hierbajos.
Seguimos pedaleando, el viento es cada vez mas pesado pero, por suerte, el suelo está asfaltado. Nos quedan 20 km hasta llegar a Tomar, final de etapa, pero nos damos cuenta que, por carretera, hay escasos 14 km. No lo pensamos ni un minuto, carretera y manta. El viento sigue soplando pero por carretera se hace más llevadero que por caminos enbarrados por la llúvia.
Llegamos a Tomar a las 15:00 y vamos en busca de la central de Bombeiros. Mala suerte, no aceptan peregrinos… así que buscamos un albergue/hostal de peregrinos donde nos damos una reconfortante ducha y salimos en busca de aprovisionamiento.
Pronto cenamos, un arroz al curri que hemos preparado nosotras mismas en la cocina comunitaria y ahora toca dormir y descansar (una hora menos porque hay cambio horario)… Esperemos que mañana no sople tanto el viento y podamos avanzar mejor!.