Etapa 1. Saint Jean Pied de Port – Roncesvalles

Son pasadas las 5 de la mañana y en el albergue público de pamplona ya empieza ha haber movimiento. A mí no me toca madrugar así que sigo en la cama intentando dormir un poco más (aunque fracase). A las 8 de la mañana ya estoy fuera del albergue y me dispongo a encontrar algo que desayunar y comprar algo para subsistir durante el día.

Cuando llego a la estación de buses de Pamplona compro los tickets hacia Saint Jean Pied de port (22€). En menos de 2 horas llego al bonito pueblecito y busco un lugar donde poner el primer sello. Son las 12 de la mañana y el sol pica de lo lindo. Cualquier persona con un poco de sentido sabe que no se debe caminar bajo el sol abrasador pero una vez más, hemos comprobado que yo soy de ese pequeño % que decide en función de su opinión. Ni el buen hombre que me ha atendido diciéndome que tenía mucho trozo hasta Roncesvalles, que haría mucho calor y que iba a ser una etapa complicada ha podido conmigo.

Más feliz que una perdiz, empiezo mi noveno camino, esta vez a pie. Sigo las marcas del GR pues hasta que no llegue a España no voy a encontrar las famosas flechas amarillas. El camino sube por unas pisras asfaltadas, pasando por caserios y hermosos prados verdes. Está todo muy bien señalizado con hitos que marcan el camino y, de vez en cuando, postes informativos referentes a los km y horas que quedan. (a veces un poco desmotivante).

No pasa una hora que ya me pongo la crema solar y el sombrero. Hace un calor exagerado, el sudor se apodera de cualquier alma que decida hacer parte del recorrido. Las sombras brillan por su ausencia y las subidas permanecen y permaneceran durante unas largas horas.

Suerte que hay alguna fuente para poderse hidratar y mojar nunca y cabeza (aquí ya me he quedado sin crema). Sigo el camino cruzando escasas pasalabras con una madrileña que parece que pierda el tren de lo rápido que va.

En un riachuelo, intentandome refrescar la pierdo de vista y sigo mi camino sola. Creo que nunca habia pasado tanto calor.

Los paisajes són muy bonitos, tipicos de estampa, pero llegar hasta ellos cuesta lo suyo (a menos que vengas en coche. Que lo verías igual, con aire acondicionado, sin cansarte i en menos de 1 hora, claro).

Gracias a Dios, a eso de las 5 unas nuves cubren el cielo y el camino empieza a llanear hasta chocar con una fuerte bajada, de una hora de duración, hasta Roncesvalles. Final de etapa.

Albergue público casi lleno. 12€ la noche pero la verdad es que está muy bien. Ducha, cena y a dormir. La etapa de mañana será mucho más llevadera.

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