Tour por el barrio judío y los Montes de Buda

Tercer día por Budapest. Nos levantamos a las 8 y optamos por el desayuno del hostel. Son 4 euros por persona pero el desayuno es bastante escueto. Mañana escogeremos otro lugar.

Nos abrigamos y cogemos un autobús que nos deja en las faldas de la colina de Gellért. Ahí, por un hermoso parque, caminamos por unos senderos señalizados con unas flechas (y no amarillas como las del camino de Santiago), poco a poco vamos pasando por miradores y una escultura en homenaje a personajes destacados y referentes de diferentes religiones del mundo.

Después de unos cuantos escalones llegamos a la cima, donde vemos una enorme escultura de una mujer cogiendo una enorme pluma. Hace referencia a la libertad de Budapest después de la II Guerra Mundial.

Bajamos de nuevo y cogemos el tranvia que nos deja en las faldas del monte Buda. Volvemos a visitar el lugar, hoy con más calma que ayer y entramos en la pequeña pastelería más antigua del mundo.

De bajada, visitamos los jardines del castillo de Buda, aunque mucho jardín tampoco vimos… Cruzamos el puente de las cadenas y nos acercamos al Parlamento. Hacemos fotos de los alrededores y cogemos información para acabar de decidir si mañana entramos o no a visitarlo porque nos ha parecido impresionante.

Comemos cerca del centro, en un pequeño restaurante de comida casera. Nos atienden rápido y la comida está deliciosa.

Hoy hace mucho frío así que, antes del tour que reservamos hace 3 días por el barrio judío, cogemos unos tes calientes para acabar de entrar en calor y nos dirigimos a la fuente Danubius, donde empieza el tour.

Este tour, privado, lo reservamos a través de la página de civitatis y nos costó 12 euros por persona. El tour lo hace un chico llamado Alejandro en lengua española.

El tour, como bien dice el guía, es como una montaña rusa. Tiene subidas y bajadas. Cosas tristes y cosas bonitas. De antemano ya sabíamos muchas cosas a cerca de los judíos y como acabaron después de II Guerra Mundial. El tour, aparte de enseñarnos edificios históricos, el trozo de muralla que queda del gueto y las tres sinagogas, pretende hacer llegar a los turistas la realidad en la que vivían.

Hungría abrió la puerta a los alemanes el 19 de marzo de 1944 y durante 10 meses todos los judíos estuvieron luchando por su vida. Por no ser fusilados, deportados a campos de concentración o a cámaras de gas.

Llegaron a matar a 500.000 judíos, dejando solos a miles de niños en el país. Muchos de estos niños fueron «salvados» por diferentes personajes que, gracias a su enorme corazón, carisma y valentía, consiguieron lugares de acogida para los niños y pasaportes para personas y familias enteras. A día de hoy aún hay esculturas o murales en las paredes de Budapest que hacen referencia a los «justos entre las naciones». Esas personas que salvaron a miles de personas poniendo en riesgo sus vidas y las de sus propias familias, algunos de estos fueron Angel Sanz Briz (español), Carl Lutz (Suizo) y Giorgio Perlasca (Italiano)

Un tour que marca una época fría y oscura pero que deja huella en Budapest, mostrando su barrio como uno de los más bonitos para pasear, cenar y tomar algo en los bares ruin de sus calles.

Acabamos el tour en el szimpla, donde entramos en calor después de más de 2 largas horas callejeando por el barrio judío.

Más tarde, cogemos el tranvia y autobús que nos dejan en el hostel donde descansamos antes de ir a cenar.

Acabamos en un bar italiano (puesto que al húngaro que íbamos a ir estaba completo). Antes de entrar empiezan a caer unos pequeños copos de nieve que, más tarde dejan una fina manta blanca por toda la ciudad.

Regresamos al hostel a recoger y descansar. Mañana ya és nuestro último día.

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