Llegamos a la Paz pasadas las 12 del medio día. Hemos parada en la frontera para pasar el control de migración y vuelta al bus.
Hemos dejado las cosas en el hostal y hemos paseado por el centro. Luego, hemos cogido uno de los teleféricos para subir al Alto.
La enorme ciudad de Bolivia no sorprendre a nadie. Calles empinadas, casas bajas, mujeres con sombrero y mucha gente pidiendo por la calle. El contraste son los enormes y nuevos teleféricos que hay repartidos por la ciudad que llevan de punta a punta, cómodos, rápidos y económicos.
Llegamos al Alto y nos encontramos con un enorme mercado dominical. Un mercado donde podemos encontrar de todo y, cuando digo de todo, quiero decir de TODO. Paseamos por el, contemplando las paraditas de ropa, de chatarra, de piezas de coches, utensilios de cocina, música, juegos, etc. También comida ambulante y puestos de comida rápida como pesado y salchipapas. Nosotras hemos optado por eso, aunque no ha sido demasiada buena la elección.
Hemos regresado al centro con el teleferico rojo y hemos paseado por la calle comercial. Muchas tiendas estaban cerradas al ser domingo pero las paraditas no faltaban. Hemos aprovechado a descansar mientras nos tomábamos un helado.
Por el camino hemos buscado una oficina de tours para que nos informara acerca del salar de uyuni y el recorrido en bicicleta por la famosa y antigua carretera de la muerte. Al ver que no tenemos días suficientes, tomamos una decisión. Quizá no volvamos a Bolívia nunca más e ir al Uyuni es parada obligatoria. Así que montamos los proppximos dos días. Nos olvidamos del hostal de esta noche. Cogemos bus nocturno hacia Uyuni (ida y vuelta) y el día de vuelta, la excursión en bicicleta con piscina incluida. Se nos va de las manos, lo reconocemos.
Después de acabar de organizar los próximos dos días, volvemos al hostal para coger las mochilas y decirles que nos marchamos. Les dejamos la mochila pesada y les decimos que en dos días volveremos.
Salimos a cenar, acabamos en una pizzeria riquísima y luego, taxi hasta la estación terrestre. A ver que tal el famoso salar…