Nos levantamos a las 6, recogemos y bajamos a montar las bicicletas. Para nuestra sorpresa (aunque era de esperar) la rueda trasera de la bicicleta de Mireia está pinchada (ayer ya tuvimos que hincharla). Así que toca hacer de mecánicas y cambiar la cámara. Nos retrasamos un poco y acabamos saliendo a las 6.50h.
Decidimos seguir las fechas amarillas, pero en Anglesola, las flechas están mal indicadas y nos llevan hacia una dirección errónea. Como somos tan listas, en vez de dar media vuelta, decidimos inventarnos el camino por unas pistas llenas de manzanares y perales. El camino, precioso, ahora bien, la vuelta absurda que hemos hecho para volver al mismo lugar, no tiene precio.
Un poco malhumorada (a Mireia le daba igual haber hecho 8km de más…) seguimos el camino por la antigua nacional II (sin tráfico). Desayunamos y seguimos camino hasta Lérida. Una vez nos hemos plantado en Lérida, marcaban 57 km y eran pasadas las 10.30h. Nos quedaban 36km para llegar a Fraga.

Seguimos el cauce del río, por un bonito y entretenido camino hasta llegar a la altura de Alcarràs (último pueblo catalán). Llenamos bidones de agua, volvemos a echarnos crema y seguimos la ruta hasta Fraga (no sin antes comernos una fuerte pendiente que nos ha hecho sudar las últimas gotas de la etapa).
En Fraga buscamos la iglesia para que nos pongan los sellos pero está cerrada. Decidimos volver más tarde.
Tomamos algo en un bar y vamos a las piscinas municipales. Para nuestra sorpresa, no nos dejan entrar a menos que compremos el bono de 10, así que nos refrescamos un poco en el río y luego en una fuente (donde unos policías nos han llamado la atención, pero hemos explicado lo de las piscinas y ya está…)

La tarde ha sido tranquila, hemos intentado volver a la iglesia pero por lo visto, el párroco se ha tomado un día de vacaciones porque no se ha asomado ni ha abierto en todo el día.
Nos hemos hecho unos bocatas de atún con tomate para cenar y pronto hemos ido a dormir. Mañana nos toca atravesar todos los monegros!!!!