Hoy me he levantado más temprano, así que tras recogerlo todo, me he montado en la bicicleta y eran las 7.20h cuando empezaba a pedalear.
Los primeros rayos de sol me apuntaban directamente, el camino, sin pérdida alguna hacia ziga-zaga, con alguna pequeña cuesta que me obligaba a cambiar de piñón. Todo el recorrido está súper bien señalizado. España se puede reír de más del has amarillas del camino de Santiago. Comparado con esto, no tiene nada que ver.
He visto la tienda de campaña del chico que conocí ayer a mitad del camino. Pero aún dormía y yo he seguido pedalenado. La verdad, es que el camino ha sido muy agradable hasta Tours.
A las 10 estaba en la ciudad de Tours tras 41km y he aprovechado para comprar algo de desayuno para mañana. Seguidamente, he emprendido el camino, junto al río. Un precioso carril bici que pasaba por varios merenderos y familias salían de sus coches para pasar el domingo junto al río. A los pocos km he parado en una zona de pícnic donde he hecho un segundo desayuno para coger fuerzas y me he puesto crema. El sol empieza a apretar y el viento también.

25 km más tarde, llegaba a Amboise, un preciosos pueblo abarrotado de gente al haber mercado semanal. He subido hasta arriba de la colina. El calor apretaba y el viento estaba en mi contra. En ocasiones costaba pedalear y encima, el sol, apretaba fuerte.

No eran ni las 14h cuando he decidido parar. Llevaba 90 km pero entre el fuerte sol y el viento he preferido parar en el camping municipal.
Me he cocinado unos macarrones, he montado la tienda, he hecho la siesta, me he duchado, he paseado por el pueblo, he comprado pan para la cena y he estado leyendo la siguiente etapa y organizando las cosas.
Tras cenar un buen bocata de atun y tomate, y leer un poco, me retiro. Espero que mañana no haga tanto viento. Supongo que saldré temprano para evitar las horas fuertes de sol!