Etapa 5.- Llanes- Gijón 102 km

En el Albergue de Llanes se está muy bien pero toca emprender camino. Salimos Wolfang y yo juntos, siguiendo la única carretera que nos lleva hasta Ribadesella. Son 29 km, que entre el frio de la mañana y las vistas costeras se pasan rápdio. Es un camino bastante llano, sin casi tráfico. a Wolfang le encanta hacer fotos a todo lo que ve, acantilados, mar, piedras… da igual, él se para y lo fotorafía. Yo sigo pedaleando, total, el me pilla enseguida.

2w

Una vez en ribadesella, seguimos las flechas. Nos meten por caminos bellisimos que acaban desenvolando en playas impracticables para bicicletas. Así que nos toca subir empujando la bici por una zona arenosa y fangosa. SUerte que en 1 km aproximadamete, llegamos de nuevo a la carretera. No obstante, el camino hasta aquí ha valido la pena.

13

Seguimos carretera hasta Villaviciosa; el camino pasa por pequeños pueblos con encanto. Aquí, a 72 km de Llanes, paramos a reponer fuerzas. Aora hace mucho calor, así que tomamos una clara  y unas patatas bravas. Nos comentan que nos toca una larga subida hasta Gijón. Saboreamos el aperitivo, nos ponemos crema y… a pedalear!

Vamos por la nacional, casi sin tráfico gracias a la autovia cercana. La subida se hace larga, pero no tan pesada como pensábamos. Es una carretera que hace una subida constante, luego baja y al cabo de poco, vuelve a subir (que no nos engañen!!)
Finalmente, la subida acaba y no espera una larga bajada hasta Gijón. Vamos en busca del Albergue de juventud, que está donde Cristo perdió la zapatilla… y después de pedalear y pedalear, vemos que está cerrado. Así que nos dirigimos al centro y buscamos por booking algo barato. Encontramos un hotel, cercano al centro por 40 euros. Decidimos compartir habitación para ahorrarnos un poco de dinero.

Nos duchamos y salimos a dar una vuelta, comprar algo y buscar donde cenar. Aprovechando que estamos en Asturias y que wolfang quizá nunca vuelva, le digo que se tome una buena fabada. ya se que para cenar no es lo mejor, pero no puede salir del principado sin provarla. Le encanta! y el arroz con leche, también! no ha dejado ni rastro.

Esperemos que la noche no esté acompañada de sorpresas por la fabada, mañana nos encontraremos con Helena en Avilés!