Hoy no teníamos mucha prisa. Así que, tras un desayuno energético de leche con cereales, nos proponemos a salir en busca del bus que nos lleva a Viña el Mar.
El autobús está al lado de donde dormimos y sólo hay 6 km hasta el centro de Viña el Mar. Pasan muchos autobuses, son pequeños y hacen recorridos diferentes pero todos llevan a Viña el Mar.
Llegamos a la entrada de la pequeña ciudad y, lo primero que encontramos es un reloj de flores que, por lo visto es emblema del lugar.
También pasamos por la torre de Wulff, una antigua residencia que se ha convertido en lugar típico de fotografías para todo turista que se acerca pues tiene una torre que da directamente al mar.
Caminamos un poco por el centro pero rápidamente nos aburrimos. No hay nada. Hay costa, mucha… Pero bastante diferente a la nuestra. Diferente en el sentido que hay playa y un paseo marítimo pero no hay bares, ni restaurantes, ni chiringuitos. Aparte, estamos en invierno aquí así que hay muy poca gente y ambiente.
Acabamos tomando unos nachos con guacamole en un restaurante Mexicano y luego callejemaos hasta encontrar una cajero para sacar dinero y pasar los dos últimos días en Chile.
Cogemos el bus de vuelta y, de regreso a Valparaiso nos tomamos una empanada y pasamos el rato en una terraza leyendo un rato
Cuando se hace tarde, regresamos al hostal donde descansamos antes de salir a cenar a un sitio de pescado recomendado en TripAdvisor.
Acabamos en un restaurante llamado 3 pescados. Abren a las 20.00 y nosotras hemos llegado 15 minutos antes pero ya hay gente esperando.
Por suerte, tenemos mesa. Pedimos al camarero que nos recomiende los platos y acabamos comiendo lo que nos dice. Bacalao con patata y otro pescado blanco en salsa muy rica. Lo acompañamos con un vino blanco para la ocasión.
A las 22.30 ya estábamos en la cama. Cuanto menos hacemos, más cansadas estamos…