Día 15. Baracoa

7.00h, suena el despertador y tras hacer las mochilas desayunamos. Hay 4 cucarachas muertas al abrir la puerta de la habitación y una que corretea y escala por la pared. Me quiero morir.

El desayuno es fantástico. Bueno, como todos los días… Huevos, fruta, pan, queso y zumo.

Antes de las 8.00h nos avisan que ya nos han venido a buscar para ir de excursión al cañón del Yumurí.

Nos metemos en un coche súper antiguo y vamos camino al cañón. Antes de llegar, hacemos parada en una casa particular donde a partir de la planta del cacao que cultivan en su huerto, elaboran el chocolate.

Nos explican que el cacao tiene fruto todo el año, pero la mejor época es en setiembre cuando no hace ni demasiado calor, ni demasiado frío. El cacao crece bajo la sombra y si tiene un platanero cerca que se la de y además, lo humedezca, mejor. Cuando el fruto está grande con un machete miran de que color es por dentro y si tiene buen color lo cortan y sacan del árbol.

Hay diferentes colores pero todos tienen el mismo sabor. El govierno se lleva el 90% de la recolecta pero en este caso (no como el tabaco) si que es bien pagada.

El cacao se abre por la mitad y de ahí salen unas semillas envueltas de una pasta gelatinosa y blanca. La dejan secar 4 dias al sol. Luego, la pasta gelatinosa se convierte en una especie de miel que recolectan y las semillas las dejan que se sequen otros 4 dias más al sol.

Una vez secas las hierven y remueven para hacer una pasta. La grasa del chocolate se queda arriba y la sacan para utilitzarla como cosmeticos para la piel, lavios, etc y para hacer el chocolate blanco.

El resto de chocolate puro se deja secar, se hace una bola para posteriormente rallarlo y utilitzar-lo en repostería, ponerlo en leche, hacer tabletas de chocolate, etc.

Nos dejaron provar chocolate puro, otro de chocolate con azúcar y luego un bombón que dentro llevaba la miel anteriormente dicha.

De ahí hicimos una parada en una grieta para hacer fotos, aparte de contemplar las vistas a la calla Guillermo. Ese sitio, era el paso de los Alemanes porque ellos lo que hacían era que para pasar, debías pagar. Más tarde, cuando los españoles se quedaron con todo, liberaron este impuesto.

Seguimos el trayecto hasta el cañón de Yumurí donde conjimos una barquito y caminamos unos 10 minutos hasta encontrar una piscina natural vacía donde nos quedamos unos 90 minutos. Ahí la gente va a pasar el día.

También probamos una fruta que la gente cubana come asiduamente. De abre por la mitad y se chupa el contenido que tiene alrededor del hueso (también es algo gelatinosa).

Subimos a una especie de mirador para ver los alrededores y, seguidamente fuimos a ver la playa donde nos hicimos fotos en unas palmeras gigantes antes de volver a Baracoa.

Una vez en Baracoa, el coche compartido nos estaba esperando. Nos quedaban 4 horas hasta Santiago. Subimos y nos tomamos el viaje con calma, sudando como pollos pues casi no corria el aire.

En Guantanamo, nos hacen bajar y coger una furgoneta donde éramos 18 personas. Estuvimos así más de 1 hora.

Nos dejan en la estación de autobuses e intentamos buscar un taxi que nos llevara hasta Varadero pero no tuvimos suerte. Así que esperamos 1 hora hasta conseguir los billetes de bus. Eran las 19.00 y no habíamos comido nada desde el desayuno… Compramos unos sándwiches y ya, a las 20.00 nos montamos en el autocar. Nos esperan 16 horas y el panorama pinta gélido pues el aire condicionado está a toda castaña.

A ver como pasamos la noche.

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