Hoy desayunamos a las 7:45h porque a las 8:30h nos recogen para ir a las Cascadas de Ouzoud.
El chófer llega tarde y se disculpa por el retraso. Nos comenta que no sabe nada del guía. Nuestro contacto en la agencia nos dice que ayer por la noche habló con él y todo estaba bien y que no entendía qué pasaba, porque no cogía el teléfono. Así que hacemos el viaje de 2h 30min sin él.
Las distancias entre los pueblos/aldeas son largas. El paisaje empieza siendo como el marrón árido de Almería y de repente cambia al verde olivo de Jaén y Granada.
Para hacer más ameno el viaje, Jose nos hace un masaje para demostrarnos sus dotes como osteópata, y la verdad que nos hizo un favor a todos 🙂
Al llegar a Ouzoud el chófer Hassan (que se acabará convirtiendo en nuestro compañero el resto del viaje) nos busca un guía para que nos explique durante el camino lo más importante de la zona. Nos quedamos con el 3r guía con el que habla, nos dio buen rollo! Sabe bien español, es divertido y nos lleva por zonas donde no hay tanto turismo. Si se quisiera hacer el recorrido sin guía no tiene perdida, es sencillo.
Empezamos la ruta en lo alto de la Cascada. Tiene una altura de 110m, es la 2a más alta de África después de las Cataratas Victoria (en la frontera de Zambia y Zimbabue).
Quedamos impresionados por la altura y preciosidad de las cascadas. Sin duda son más bonitas que en las fotos y vale la pena visitarlas.
Durante el trayecto vamos caminando por el borde haciendo fotos. La mayoría de los turistas son españoles y franceses.
Por un momento nos hemos desviado de la ruta turística y sus paradas de Souvenirs para llegar a un camping “jamaicano”, estilo hippie. Donde intentamos meternos al agua pero está demasiado fría y optamos por tomar un zumo natural buenisimo (1€). El ambiente transmite paz y tranquilidad, es genial para descontar de tanto turista.
Retomamos la ruta, pasando por varios miradores.
Hasta llegar a la base donde acabamos de impactarnos de la belleza de las cascadas.
Hay la opción de subirse en barca hasta llegar a la gran caída por 20dirhams (2€), 15 min, pero no nos ha parecido necesario porque desde las rocas ya se podían hacer buenas fotos y notar como salpica el agua.
Eran las 15h cuando nos hemos sentado a comer en la terraza de un restaurante con vistas.
(RECOMENDABLE LA TORTILLA MARROQUÍ EN ESTE SITIO -NO TIENE NADA QUE VER A LA DE LOS DEMÁS, ESTÁ ES EN CAZUELA Y LAS DEMÁS SON TIPO TORTILLA FRANCESA CON VERDURAS).
Al acabar de comer visitamos el último mirador donde se aprecia muy bien las diferentes casadas y los 3 niveles.
Subimos las escaleras que hay hasta arriba, pasando por más tiendas de souvenirs hasta llegar a un mirador con vistas a las montañas y donde los monos son la atracción turística.
A la vuelta tardamos 3h en llegar a causa del tráfico. Vamos directos en busca de un Hammam que nos dijo ayer el guía pero por el camino nos encontramos otro y entramos. Hammam Lalla (de camino al Palacio de la Bahía).
El hammam es el baño tradicional árabe. Lo hacen las mujeres y hombres por separado. Entramos 3 y cada uno con una opinión diferente del lugar pero resumidamente; es un lugar limpio, la música transmite tranquilidad, la zona de vapor es bonita, la dueña es muy amable y habla español perfecto, pero todo depende de quién te atienda tanto para bañarte como para hacer el masaje para que te quedes con mejor o peor sensación. Recomendamos entrar a uno para vivir la experiencia. Algunos de los locales van cada semana o cada 4 días.
Nosotras pagamos 25€ incluía: baño tradicional con jabón negro aromatizado + exfoliación + mascarilla de arcilla con 7 plantas + masaje 35 minutos con aceite de Argán.
Al salir cenamos en el restaurante de abajo y sobre las 23.15h nos damos un paseo por el zoco, donde todavía hay puestos abiertos y compramos algunos souvenirs.
Después de un día muy caluroso y ponernos un poco rojos nos vamos al Riad a descansar.
Por cierto! Hay muchos controles policiales en todas las carreteras de Marruecos