Día 6. Zaragoza – Tudela 89 km

Al día de hoy lo vamos a emmarcar bajo el título «pinchazos por doquier».

Ayer noche, después de escribir la publicación del día, entramos las bicis a la habitación y, por sorpresa, mi rueda delantera estaba pinchada. Así que tocó hacer cambio de cámara.

A las 6.15h sonaba el despertador. Nos ponemos en pie, desayunamos algo y preparamos las bicicletas. Son las 7 cuando empezamos a pedalear. Hace fresco pero con el cortavientos se está bien. Por suerte, el viento nos ha dado tregua y, aunque sopla, es perfectamente soportable.

Seguimos las flechas del camino durante todo el recorrido, pasando por pequeños pueblos acogedores. A los 32 km paramos a desayunar. Ya habíamos hecho un tercio del recorrido y nos sentíamos fuertes.

Seguimos por el camino, hasta ahora habíamos alternado camino de tierra y asfalto, pero ahora tocaba la mayor parte por pistas de tierra. A escasos quilòmetros de nuestra última parada, Mireia nota que su rueda está floja. Como estamos en la entrada de un pueblo, pedimos a un buen hombre si nos puede dejar una mancha (la nuestra no va demasiado bien…), tiene 4 manchas pero ninguna nos sirve pues son para otro tipo de válvulas. Pero bueno, no hemos podido hinchar la rueda pero nos hemos llevado 4 nactarinas de la huerta. Cortesía del señor.

Antes de salir del pueblo, volvemos a preguntar y nos dejan una mancha. Nos damos cuenta que el neumático tiene un pincho y, por lo tanto, la rueda está pinchada. Toca cambiarla. 1r pinchazo del día.

Por lo visto, todo el recorrido está lleno de una especie de pinchos que salen de unas plantas… Son diminutos y fastidian el recorrido a todo ciclista…

Cuando llevamos 53 km, entramos en el canal imperial de Aragón. Vamos ha hacer 29 km al lado de este canal contruido en el siglo XVIII. El camino es ancho, de fácil pedaleo pero con escasa sombra. A los 6km por este camino, Mireia vuelve a pinchar. Cambiamos de nuevo la cámara y sacamos 3 pinchos. No ganamos para cámaras!!!..

Por fin, se acaba el canal. Muy bonito, tranquilo y solitario, pero también muy monótono. Llegamos a la ciudad de Tudela, fin de etapa por hoy. Dormimos en una «posada», vamos, la casa de alguien que ha reformado todo el piso de arriba y está la mar de bonito. Nos duchamos, comemos macarrones, hacemos la siesta y, por la tarde nos vamos de excursión al decathlon, que está a las afueras de la ciudad. Gorro en la cabeza, gafas de sol y empezamos a caminar 3,5km hasta llegar. Compramos cámaras antipinchazo, a ver que pincho se atreve con nosotras ahora!!

Cuando llegamos, cambiamos la cámara de mi rueda delantera, pues antes de salir ya habíamos visto que estaba floja y eso quería decir pinchazo asegurado.

Vamos al super a por leche, cereales y galletas. Hoy toca eso para cenar. Y en breves a dormir, si mañana va bien, llegaremos a Logroño.

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